Este segundo ofrece
palabras al azar
y el efímero silbido de un barco de cemento
que expande hacia mí su silencio subyacente.
Flota mi imagen
en botellas que llevan palabras
encendidas por la luna de un océano que aún no amanece
y son haladas por el horizonte
hacia la frontera entre lo que existe y no que no existe.
OSQ
MARÍA FONNEGRA