Tal vez llovía en Algún Lugar, en determinado segundo, un momento delimitado, definido, cuantitativamente exacto, concreto, infinitamente divisible y absolutamente desintegrable, tal vez llovía en Algún Lugar, no se sabe a ciencia cierta, porque todavía no pasaba Nadie y tampoco pasaba Nada, aunque sí se esperaba que pasara Algo pero no en Algún Lugar, sino  a varios kilómetros de Un Lugar Cualquiera.

 

Poco Tiempo quedaba cerca de Algún Lugar. Quizás era la única que lo sabía. En Poco Tiempo, Quizás se percató de que estaba con Alguien, y al mismo tiempo estaba Solo, llegó Pronto, como Siempre y resultó estar Bien. Alguien sabía que Nada pasaría, lo sabía porque Solo lo intuyó, sin que Nadie se lo hubiera dicho. Si Nada pasaba, pasaría Algo porque cuando no pasaba Nada, no pasaba Algo. 

 

Esta efeméride sería una peripecia o coyuntura congruente, privativa y ciertamente conexa, también adversa, aciaga, luctuosa y atizaba las más ominosas y abyectas cábalas. No era fácil enfrentarse con Nada. Alguien como Siempre, se sentía lánguido, desvanecido, con molicie, con una modorra engorrosa, insufrible, insoportable, incalculable, indescifrable y al mismo tiempo llevadera.

 

Solo quería hablar acerca de Algo con Alguien, claro está, pero no sabía cómo. Seguía sin pasar Nada. Quizás estaba hoy en el mismo lugar de Ayer, pero Ayer ya no existía, Siempre lo decía, se lo decía a Alguien, Ayer se había ido y Ahora estaría lejos también.

 

Alguien repentinamente quiso hacer lo que Siempre hacía, cuando estaba Solo y llegaba Pronto, sin embargo, Nadie se lo impidió, salió al paso de un momento a otro, e impugnó con un ademán proverbial, grandilocuente y enfático contra lo que columbró y barruntó: que Alguien iba a hacer lo que Siempre hacía, cuando estaba Solo y llegaba Pronto. Y a pesar de que Nadie se lo impidió, Siempre lo hizo así como todos sabían que lo haría, del mismo modo que lo hizo Ayer, que ya no existía.  

 

Incluso estando Bien alegre, Pronto se emponzoñó en el desasosiego, más pestífero y caliginoso, en una pringosa entelequia calada de pensamientos sinuosos, en la zozobra más profusa, al advertir que pasaría Nada, Solo trataba de expresar palabras inefables, intentaba hablar acerca de Algo, pero no podía, Pronto comenzó a resquebrajarse las uñas, se sintió como Nunca, aquel día, cuando en Un Lugar Cualquiera, Casi tropezó contra la raya de una cebra en la calle, en ese instante Casi se rompió la nariz y cuando Casi miró hacia arriba creyó que pasaba Algo, vio que no era Algo y no era Nada. 

 

Quizás había estado pensando que estaba imaginando cada cosa que ocurría, Quizás por eso estaba tan abstraída, porque de este modo, Nada era irreal, no era Nada real al igual que Todo. Nadie acababa de llegar y fue oportuno porque Nadie sabía que Nada era real y que Nada era ese misterio que Nunca podría entender y explicar: era Todo también. 

Alguien creía que Todo era ajeno, un ente lejano y diverso, cuando en definitiva era Nada; “Nada se podía ocultar eficazmente, ¿debía revelarles este secreto?” Quizás se había hecho esta pregunta antes, pero la olvidó, pues cavilaba en el hecho de que Todo era irreal, también. 

 

Así que Nadie esperaba que Todo pasara, mientras que Alguien no esperaba en lo absoluto que Todo pasara en Poco Tiempo, porque… 

—¿Por qué pasaría Todo, si no lo estaban esperando?—preguntaba Siempre, inciertamente, eventualmente, ocasionalmente, accidentalmente, acorde con Alguien; era una casualidad que Siempre preguntara lo que Alguien estaba pensando, si pasaba Todo, sería una casualidad también. 

—Todo es por cierto, bastante casual— pensaba Alguien, pero Solo no podía aclararlo y Pronto se formuló: 

—¿Y si pasara Todo, qué pasaría?, sería como una explosión de cosas, ¿tendríamos que desaparecer e ir a Otro Lugar, en Poco Tiempo?

Nadie sabía que era absurdo que pasara Todo, si ni siquiera pasaba Algo. Todos le tenían miedo a Todo, bueno, Nadie no le temía a Nada. 

 

El tiempo avanzaba, como es natural, aunque Quizás no pensaba así sobre el tiempo,  pues parecía irreal como Todo, y el tiempo no avanzaría más si Quizás no lo quería, pero Quizás lo quería, ¿o no?, en eso naufragaba, lo cierto es que seguía tal vez lloviendo en Algún Lugar. 

 

Posiblemente el tiempo avanzaba, y la zozobra de Alguien se iba haciendo más concupiscente, Nadie lo miraba con una sonrisa mordaz en el rostro. 

 

—¿Quién es Alguien?, pues yo no lo había visto, Nunca— Casi indagó intrigado al llegar, como Nunca, urdido e inmerso en el huroneo.

—Es el hermano de Cualquiera— Nunca arguyó 

—Ah— Casi interpretó —¿Y por qué Alguien está cómo está?

—Porque no pasa Nada— Nadie le ratificó —Cuando Nada pase, Pronto estará rutilante, y creo que Siempre va a hacer lo que hace cuando hace lo que hace Bien— Casi comprendió, pero no comprendió Bien. 

 

Casi intentaba descifrar bajo qué parámetros se podía medir el nerviosismo, sobre qué premisas derivaba Alguien su desvarío. 

 

Quizás ahora desvariaba acerca de si Algún Lugar era como Un Lugar Cualquiera, porque Nadie venía de Un Lugar Cualquiera y Solo dijo que Nadie se sentía como en casa, desde hace unos días, Nadie vivía en Algún Lugar. 

 

Quizás continuaba conjeturando que ideaba cada detalle que acontecía, y pensó que tal vez Algún Lugar (donde Nadie vivía) era igual que estar Ningún Lugar, Quizás podía sentirlo ahora con certidumbre, con una certeza inconmensurable, como si fuese un apotegma desgajado de cualquier juicio artero, pues así lo quería o tal vez no.

 

¿Y por qué pasaría Algo en Ningún Lugar? Si Quizás disgregaba más, connaturalmente, no vería que pasara Nada. 

 

Milésimas de microsegundos atrás, Alguien no quiso más que pasara Nada, Solo continuaba intentando descifrar las palabras con las que hablaría de Algo y Nadie debería escuchar. 

 

Nadie sabía lo que iba a decir Solo cuando pasara Algo. 

 

Solo lo dijo:

—Es un error, no pasará Algo, si pasa nada y…

 

Y de repente Algo pasó. Y no pasó Nada.

 

Casi pensó estas palabras y Nadie recapacitó acerca de las historias que había escuchado y descubrió que en cada una de ellas, pasaba Algo y no pasaba Nada. Entonces Nadie recordó que Cualquiera le dijo que la corte real del lenguaje dice que no siempre negativo y negativo da positivo. Nadie negó: 

 

—La matemática es la matemática.

 

—¿Por qué pasa Algo y no más bien Nada?- Alguien preguntó y la angustia se hizo más intensa.

 

Y Nadie sabía que Quizás estaba ingeniando esta historia, y Nadie sabía que Pronto dejaría de existir, y puf, Pronto dejó de existir, en “este” segundo, que ahora es “ese”. Luego seguiría Algo. Nunca se dio cuenta de lo que había dejado de existir pues Nunca, había existido únicamente en la imaginación de Alguien, igualmente Siempre, pues Quizás así lo quería, Quizás quería que Alguien supiera lo que Nunca supo y era todo esto lo que iba a advertir Solo antes de que pasara Algo: ¡Que cuando pasara Algo, Alguien iba a desaparecer en Poco tiempo! Nadie se lo había dicho, porque Nadie sabía en cada situación lo que Quizás pensaba. 

 

Entonces Alguien se abolló en el reconcomio más acérrimo, en el prurito más contumaz y obcecado debido a que después de Algo seguía Alguien; como es lógico entre ellos estaba: Algodón, Algoritmo, Alguacil, pero a posteriori sí seguía Alguien, Siempre lo pensaba, porque Solo lo había dicho y Nadie lo dijo primero. 

 

Y ya llegando al final de esta narración, Quizás aún quería llenar de palabras la página, así que continuó este juego con Nadie, acerca de Nada y a la vez de Todo. 

Dubitablemente e indudablemente  Algo pasó, y Algo pasaba cada vez que mencionaba a Alguien más un verbo, Nadie lo había visto y si Bien no lo había abducido, era porque Casi no le prestaba atención al relato que Nadie intentaba contar y Bien intentaba atraer su atención por medios que Nunca había imaginado mientras Solo estaba tratando de traer al argumento las palabras inenarrables. 

 

—¿Por qué pasa algo y no más bien nada?, ¿por qué pasa algo y no más bien nada?

 

Alguien no quería hacerse más esta pregunta, Nadie tenía la culpa, Solo dijo lo que tenía que decir. De repente Algo se sintió extraño, Algo esperaba que no se insinuara más la palabra que lo concretaba, pero Quizás no quería terminar de imaginar así que seguía repitiendo Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, mientras reía porque de todas formas no pasaba Nada, y seguía repitiendo Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo, Algo y de un momento a otro Quizás había comenzado a sentir fatiga de las palabras porque habían perdido el sentido, y comenzaría a eliminar una por una, como no pasaba nada, seguía sospechando que no existía Nada. Así fue como desapareció palabra por palabra, comenzando por “Llovía”, después, “en”, después, “Algún Lugar”, a lo que siguió, “en”, “determinado”, “segundo”, “pero”, “todavía”, “no”, “pasaba”… Súbitamente fue el turno de “Algo” y luego de “Alguien”. 



 

Por Maria Clara Fonnegra