Mi mano desea dormir en el papel
y despertar en un verano de la infancia.
La letra lucha en el renglón
en revolución contra la barbarie
contra la revolución, el descuido.
No hay consuelo hoy para el pulso perturbado
que ensucia la hoja y limpia su espíritu
más tarde
mi pulso
no recordará culpa alguna
ni desdén
ni abatimiento.
Los momentos me arden y me atraviesan,
yo escribo en la oscuridad
sin notar que el lapicero se queda sin tinta.
¿Si no recuerdo esta noche,
estará disparada de la línea del tiempo?
No quiero ser un fósforo en el agua
ni un dibujo que tan sólo se imagina
ni un poema sin verso final.
OSQ
MARÍA FONNEGRA