Soñé que estaba en una playa en un risco muy alto con relación al mar, las olas estallaban contra las rocas durísimo y había dos hombres, al parecer buenos amigos, vikingos, comencé a presentir que el hombre mayor iba a empujar al menor para matarlo, yo estaba detrás de ellos, pero no pasó así, el hombre mayor se lanzó al agua en un clavado, creí que había muerto, pero surgió entre las piedras, cuando apareció le dijo al menor, un joven delgado, moreno de cabello largo: si eres tan hombre lánzate también y él por su honor de vikingo, se vio obligado a lanzarse para demostrarse guerrero. Pero cuando se lanzó se reventó la cabeza contra una roca, se veía la sangre bullir del mar. Yo gritaba el nombre de una amiga que estaba en algún lugar cercano, ella llegó a la escena y me dijo que no interviniera. Observaba todo como si se tratara de una película de realidad virtual. El hombre mayor se lanzó para rescatar al menor, lo salvó para convertirlo en su esclavo. Como en la película “la piel que habito” de Almodóvar, lo convirtió en mujer. En una escena caminaban por una ciudad épica como si fuesen marido y mujer, en otra escena tenían sexo. Soñar todo esto se sentía similar a estar leyendo el Marqués de Sade. El punto es que el hombre menor que ahora era mujer se fue para el baño y cuando la vi abrir la puerta, vi en su mirada que era ella quien dominaba al otro, quien tenía absoluto poder sobre él y estaba esperando el momento para acabar con su vida, como en la película de Almodóvar, y pensé, este ser es el verdadero guerrero. Todo el sueño lo relacioné con El Arte de la guerra de Sun Tzu.